Ingredientes:
- Harina.
- Azúcar.
- Sal.
- Leche.
- Aceite.
- Levadura prensada.
Nota: No voy a poner todas las cantidades y sí os hablaré de texturas porque ha sido una prueba y ha salido muy bien. Os adelanto la receta y ya os las daré próximamente.
Procedimiento:
1º) En un cuenco ponemos 250 gr. de harina, una barra de 25 gr. de levadura, un chorrito de leche y otro de aceite de oliva (aproximadamente 2 dedos), un pellizco de sal, y otro de azúcar. Amasamos y vamos incorporando todos los ingredientes hasta que la masa se suelte del cuenco. Llegado este punto, tapamos con un paño de cocina limpio y dejamos fermentar. Cuanto más tiempo mejor, hasta que doble el tamaño.
2º) Cuando ya ha fermentado, volvemos a amasar estirando con la base de la palma de la mano varias veces unos 10 minutos. Luego en circular doblando los bordes hacia dentro y estirando. Es muy importante el amasado para que salga bien. Dejamos reposar hasta que vuelva a aumentar el tamaño.
3º) Cuando este tiempo haya pasado, formamos los panes (formas a vuestra imaginación!), hacemos unos cortes en la superficie y lo introducimos en el horno durante 220º y horneamos unos 30 minutos aproximadamente. En los primeros 20 minutos pondremos una bandeja con agua en la parte inferior, pues la humedad es importante para que se forme la corteza y quede esponjoso el interior. Pasado éste tiempo retiraremos la bandeja de agua y seguiremos horneando el resto del tiempo. El tiempo de cocción hay que vigilarlo ya que depende del tipo de horno y el tamaño de los panes.
4º) Acto seguido, los servimos.
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